La ilusión de mis padres era tener una casa en el campo. Era el verano de 2008 y mi padre estaba a punto de la jubilación, fue cuando nos decidimos a construir una casa de paja.
La casa de unos 60 m2 con un cómodo salón, cocina, comedor, dos habitaciones, aseo y un porche de 30 m2, está orientada a sur y la energía eléctrica es fotovoltaica y el agua de pozo.
La cubierta es a dos aguas de aproximadamente un 10 % de inclinación, cubierta verde.
Un trabajo de autoconstrucción donde junto a mis padres, mis hermanos carpinteros y amig@s disfrutamos del trabajo en equipo mano a mano y del buen ambiente que se genera en las obras de bioconstrucción realizadas con cariño.